Cruzando palabras con Ale Pasquel.

Querida Novia:

 

Se acerca tu día soñado, todo lo que visualizaste por fin está a punto de ser una realidad. Seguramente tu vestido será el más hermoso, y tu peinado, tu maquillaje, ni hablar de tu luna de miel. Todos esos familiares y amigos que se reúnen para ser testigos del amor que tú y tu pareja no podrán disimular. El día más emocionante de tu vida, el día de tu boda. Y mi intención jamás será arruinarte el final, pero déjame platicarte un poquito de lo que viene después.

 

Te esperan días interminables de risas y platicas profundas, sueños compartidos que cada día se acercan más. La casa, el trabajo, el dinero, la educación de los hijos son algunos de los tantos temas que tendrás que poner sobre la mesa uno a uno. Y mejor ni te cuento de la luna de miel, ordenar tu casa, escoger tu sala, consentir a tu marido los primeros meses, todo parece como sacado de un cuento, tal como la boda de Meghan Markle y el príncipe Harry.

 

Pero mi consejo para ti es que NO te cases. ¡¿Qué? ¿Cómo?! Seguramente estás pensando que estoy dándote el peor consejo de tu vida, ¡y en este momento donde ya está todo listo! Pero es real, no te cases a menos de que creas en un para siempre, a menos que antes de firmar sepas que el matrimonio implica esfuerzo, ceder, madurar, que implica mucho más que la selección de flores o qué canción bailar.

 

Y es que actualmente, no me vas a dejar mentir, vivimos en un mundo con todo al alcance y que se vuelve difícil imaginar o pensar en que vas a vivir con alguien por siempre y que, si algo no trae felicidad, es mejor desecharlo o probar cosas nuevas.

 

Hace poco me comentaba una conocida algo que se quedó muy grabado en mí: en el momento de buscar trabajo llenamos nuestras horas de cursos, especializaciones, grados académicos con la finalidad de tener un currículum digno del trabajo de nuestros sueños, pero cuando se trata de nuestro matrimonio, vamos día a día con nuestra propia experiencia, como si no fuera necesario jamás actualizarnos. ¡Y qué tan cierto es esto! No consideramos que sea importante trabajar en nuestro matrimonio, y es verdad que día a día se caen miles de ello, por falta de preparación, de comunicación, de tolerancia, de amor.

 

No te tengo la receta exacta para todas las situaciones matrimoniales, quizás tampoco tengo toda la experiencia, ni me han podido compartir el secreto para tener el matrimonio perfecto; sin embargo mi consejo es que no tengas un matrimonio a medias, o matrimonio flojo, de esos que justifican todo: “es que no me gusta lo que hace”, “es que lo amo, pero si fuera un poco menos así…” Recuerda que todo parte de ti, somos responsables de nuestra felicidad, somos responsables de cultivar buenos momentos: no tener miedo, entregar todo por amor, no te olvides de respirar, contemplar, escuchar, avanzar; saber que hay buenas y malas, pero todo es experiencia para crecer y fortalecer. Jamás te alejes de lo que realmente importa. Y espero que me creas cuando te digo que lo mejor está por venir.